Estamos en plena crisis económica, azuzada por los medios de comunicación que nos la recuerdan a todas horas.
Hemos despertado de un bello sueño. El sueño del crecimiento sin fin. El sueño del fin de las crisis. El sueño de que la economía se autoregula y soluciona sus propios problemas.
Ahora todo son lamentaciones. Las grandes corporaciones, sumidas en una crisis de confianza y de crédito, piden socorro a papá Estado.
Los parados se acumulan y forman largas colas en las oficinas de empleo, en busca del subsidio que les permita resistir unos meses.
Todo es incertidumbre. Las bolsas caen un día si, y al otro también. No se ve la salida.
Este es el Mundo Real, amigos.
Despertemos y pongámonos en movimiento. Es hora de actuar.
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